miércoles, 6 de febrero de 2013

 

 

 

LAS HORMIGAS BLANCAS



Las hormigas blancas, llamadas termitas, en África levantan impresionantes hormigueros de varios metros de alto y duros como la piedra. Dado que el cuerpo de las termitas es blando, por carecer de la coraza quitinosa que protege a otros insectos, el hormiguero les sirve de caparazón colectivo contra ciertas hormigas enemigas, mejor armadas que ellas. Pero a veces uno de los hormigueros se derrumba, por culpa de una riada o de un elefante (a los elefantes les gusta rascarse los flancos contra los termitos…). En seguida, las termitas-obrero se ponen a trabajar para reconstruir su dañada fortaleza, a toda prisa. Y las grandes hormigas enemigas se lanzan al asalto. Las termitas- soldado salen a defender a su tribu e intentan detener a las enemigas. Como ni por tamaño ni por armamento pueden competir con ellas, se cuelgan de las asaltantes intentando frenar todo lo posible su marcha, mientras las feroces mandíbulas de sus asaltantes las van despedazando. Las obreras trabajan con toda  celeridad y se ocupan de cerrar otra vez el termitero derruido… pero lo cierran dejando fuera a las pobres y heroicas termitas-soldado, que sacrifican su vida por la seguridad de las demás.
Fernando Savater. Ética para Amador. pp.24-25

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